La necesidad del curso presencial

Yo siempre he sido un autodidacta en los temas que me han gustado y no elegí convertir en mi profesión, para darme cuenta de que finalmente no será la medicina. Tampoco he sido nunca un tipo rápido. Siempre me gustó la informática, el diseño gráfico, internet, la ofimática, y más recientemente, aunque ya hace 6 años, la fotografía y me he empapado de foros, tutoriales, e-learning, libros. etc. Me voy a quedar con éste tema en concreto, la fotografía. Desde hace algún tiempo sentía la necesidad de un curso que pusiera en orden tantas ideas y conceptos dispersos.

El curso, requiere de la presencia de un maestro, de alguien experto, que desde su forma de ver las cosas, distinta de otras, ni mejores ni peores, te enseña algo. Y no tanto una técnica, que el fin y al cabo puedes aprender en un libro, tutorial, foro, blog o cualquier otra forma de aprendizaje 2.0 sino que para que el curso sea uno bueno, debe enseñar una experiencia vital, en al que el lenguaje no verbal importa. Por eso no vale cualquier maestro, por eso tiene que ser además presencial. No vale que sea sólo un experto técnico, tiene que vivir lo que está enseñando. Y no hablo de coaching no hablo de motivarte para obtener metas o aprender a gestionarte o mejorar en general. Hablo de un aprendizaje casi gremial, medieval, en el sentido de que consigues no solo encontrar un maestro en ese tema que te atrae, sino descubrirte a ti mismo como discípulo de, no en, una escuela. Y no me refiero a la Facultad por ejemplo, aunque alguno encuentras en ella. He pasado, entre unas cosas y otras, doce años en la de Medicina, y me sobran dedos de una mano para contar los profesores que lograron encandilarme, entre ellos, no el único pero si el único que voy a nombrar el Dr. Jose María Smith Agreda, catedrático de Anatomía Humana. En definitiva, esto se puede encontrar, casi únicamente, en un curso presencial. Poca gente muy en contacto con el que lo da.

Recuerdo perfectamente cuando sentí la necesidad de hacer algo creativo: Cuando llegué a la Facultad de Medicina y vi “al Smith” dibujando un embrión perfecto con tiza de colores en la pizarra. Tremendo. Ahora me hubiera gustado haber fotografiado a escondidas alguno de aquellos dibujos de tiza, pero por entonces odiaba las fotos. Aunque se puede aprender a dibujar, requiere circuitos cerebrales con los que se nace o al menos se desarrollan en una edad temprana. Yo no los tengo. Pasaron muchas cosas antes de que casi 6 años después una de las primeras cámaras digitales compactas, de 1’3 Mp, cayera en mis manos. Me la regaló una amiga por cuidar de su gato unos meses, por que no dejaba de hablarle de ella, de la cámara. Y entonces ocurrió algo: lo fotografiaba todo. Apenas hace unos días he comprendido por qué. En poco tiempo compré una compacta mejor, una réflex digital luego, y a empaparme con foros, tutoriales, libros, chats, etc. de como fotografiar y editar. Todo en internet, muy 2.0. Aunque sin renunciar a los libros. Pero me faltaba algo, poner en orden los conceptos, las ideas… necesitaba un curso, un fotógrafo que me contara lo que sabe y pusiera algo de orden. Y llegué a Apertura y me matriculé de todo lo que pillé. En realidad, no me imaginaba ni por asomo lo que iba a disfrutar de las clases de los maestros de la escuela. Es genial, por que lo viven. Por que hay técnicas que conocía, otras que me sonaban, y otras que ni idea pero es que además lo disfrutan y saben transmitirte ese disfrute, y salgo de las clases emocionado, realmente motivado, sin mirar el reloj ni querer que acaben. Pagando a gusto, cosa que jamás he hecho en la Facultad, ni cuando me iba bien. Y ahora estoy en este punto, acabo de reunir todo mi material fotográfico (lo he usado todo, eh) en una bolsa profesional para tenerlo agrupado y deseando poner en práctica las cosas que voy aprendiendo.

Si tiene alguna afición que le absorba, lector, busque un tiempo para hacer un curso presencial sobre ello. Revise los comentarios sobre los sitios donde hacerlo en su localidad y hágalo. Por que todavía, nada ha superado el potencial educativo del contacto humano, de escuchar las historias del que sabe. Y lo dice un tecnófilo acérrimo ;).

Una respuesta a “La necesidad del curso presencial”

  1. Fotografo bodas Malaga dice:

    Me alegro que hayas disfrutado tanto como yo con Michelo!!

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