El que haya llegado aquí buscando al grupo de música ya puede dejar de leer, hasta otra.
Éste es un post de inicio de año, un post que debería ser de propósitos pero, como me he saltado el post de final de año recordando lo sucedido en la última vuelta al sol, me lo voy a ahorrar. Va a ser un post de despropósitos y es que cuando ves, en HD eso sí (“para que el grano esté bien definido”), el Mago de Oz (1939) y hasta la bruja del Oeste te hace sentirte un gilipollas es el momento de reconocer que lo eres. Soy un gilipollas. Soy el Mago de Oz. Es decir, un pobre hombrecillo patético y pusilánime que “reina” en la Ciudad Esmeralda por que la casualidad quiso apoyar sus fantasías de grandeza. Solo que yo ni reino. Y es que este personaje que intenta hacer de todo para ocultar que en realidad apenas hace nada bien, ya empiezo a no creerlo ni yo. Miguel de Málaga surgió de la necesidad de demostrar a los que me rodean que merezco la pena, pero en realidad no es más que el resultado cutre de medias verdades contadas con exageración, algo de gracia y mucha fantasía. Nunca dejar que la verdad estropee una buena historia. Pretender ser fotógrafo, diseñador, programador web, estudiante, incluso bloguero… sin conseguir ser más que mediocre entre los mediocres, necesitar el refuerzo hasta el punto de sentirme frustrado por que alguien a quien fotografié no ha elegido ninguna foto mía para presentarse o, peor aun, ser incapaz de creer que quien alaba lo que hago lo hace más que por cariño. Tardo meses en entregar sesiones de fotos, escribir un post o dejar un comentario (por no hablar de estudiar) por no enfrentarme al momento de descubrir que no cumpliré las expectativas que ayudo a crear con frases de wikipedia y que me he creído yo mismo, algo al fin y al cabo imprescindible si quiero que alguien lo crea también. Pero ha llegado un momento en que había olvidado que detrás del personaje hay un hombrecillo escondido pulsando botones de efectos epeciales que lo único que quiere es un poco de jodido respeto.
Y heme aquí, a las dos de la madrugada, tapado con el edredón escribiendo gilipolleces depresivas por que me he sorprendido a mi mismo fantaseando con llegar el lunes a la práctica de Patología General (PG) y ser capaz de decirle al profesor que o se queda con nosotros a hacer la historia médica o que me firme y me voy, con un discurso cojonudo que, si esto fuera una serie, terminaría con un grandioso duelo de miradas y un dramático silencio con fundido en negro… a sabiendas de que al final no protestaré escudándome en no estropear la práctica a mis compañeros… como si pudiera estropearse más una práctica de PG en Málaga… me ha dado tanto coraje de mi mismo que saltado a por el portátil para darme de hostias y dejar constancia pública de ello.
Así que este año he decido no fantasear con propósitos y planes (¡mierda esto es un propósito¡ ¿no?) y asumir que seguiré intentando estudiar para aprobar al menos, hacer alguna foto digna de algún elogio aunque sea cariñoso, escribir algún post que reciba comentarios distintos a “compra Cialis barato” y “Megan Fox desnuda” (si por lo menos fuera verdad…) y seguiré fantaseando con marcar la diferencia, pese a ser un borrego más del motón. Por si cómo a los regalos que reparte al final el Mago de Oz y con los que salva el culo, acierto por casualidad. Hasta un reloj parado da la hora correcta dos veces al día (si es analógico, si es digital ni eso).
Os quiero, e incluso me siento querido aunque la mayor parte de las veces me cueste entender que veis en mi.
¡El gran Miguel de Málaga ha hablado! No prestéis atención a ese hombre detrás de la cortina… el gran… esto… Miguel de Málaga… ha hablado (gracias a todos por fingir que no habéis visto el truco, lo digo de corazón).
P.D. El que no haya visto la película ya le vale, criarse sin ver El Mago de Oz… ya la podéis estar bajando, es una película de culto…