… y siento más tu muerte que mi vida…

Yo quiero ser llorando en hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma tan temprano.
Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumentos,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler, me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión mas grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes,
sedientas de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero mirar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

tu corazón sea terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
de almendro de nata te requiero
que tenemos que hablar de muchas cosas
compañero del alma, compañero.

Para mi es este poema de Miguel Hernández el que mejor expresa lo que siento frente a esta muerte tan injusta, tan traicionera, que no es alivio del sufrimiento, sino pura crueldad. Ya lo leí llorando por Marta, ahora me toca volver a leerlo llorando por otro amigo, Isaac.

Varios versos son con los que me quedo:

«[…]Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler, me duele hasta el aliento.[…]

y siento más tu muerte que mi vida.[…]

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada. […]»

Esto no tiene ningun sentido.

Una respuesta a “… y siento más tu muerte que mi vida…”

  1. Yasmina dice:

    Muchas gracias Miguel por este recuerdo a Isaac, yo aún no se si seré capaz de vivir sin él, o si merece la pena algo ahora que ya no está Isaac. Mi vida se ha ido y me siento vacia, rodeada de recuerdos, ilusiones y planes rotos, con una sensacion de injusticia que no me deja respirar. Ya nada tiene sentido para mi, nada en absoluto. Siempre le amaré como me hubiese gustado poder amarle toda mi vida.

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