Motivación: Vivir cada día como si no hubiera mañana

imagenEn la sociedad en la que vivimos, el trastorno por excelencia es el estrés. Estamos llenos de preocupaciones, de deberes, de planes de futuro, de miedos, etc. Uno de los miedos principales en nuestra sociedad es no cumplir las expectativas que nuestro entorno tiene en nosotros. O las que pensamos que tiene. A ser un perdedor. Un “loser” como dicen los americanos. No cumplir nuestros planes, nuestras metas, nos estresa. Cualquier meta, en realidad. Y éste es el problema que planteo. Y que, por razones obvias, sólo tiene sentido en nuestra sociedad.

En algún momento a alguien le dio por definir la “esperanza de vida”. Es un término que no se usa bien, pero que viene a crear la gran expectativa de nuestra sociedad. El plan de todos los planes. Se espera de ti que estés vivo hasta los x años. 81, creo que es el valor para España. Y ésta es una de las mayores causas de estrés. Cumplir esta expectativa es complicado, hay que vigilar lo que comes, hacer deporte, hacer revisiones de una decena de enfermedades anualmente, contratar planes de pensiones privados y desconfíar de los planes de pensiones públicos, gastarse una pasta en seguridad, justificar un montón de acciones muy reprobables en pos de esa seguridad, etc. Pensar en tener que mantener una estabilidad laboral, familiar te obliga a realizar una enorme cantidad de planes. Y, sobre todo, lo más importante, te hace olvidar que nada te garantiza que estarás vivo tanto tiempo. Incluso te hace pensar, que tienes algún tipo de derecho natural a vivir todo ese tiempo. Y eso, es la gran mentira. Nos lo demuestra cada día la gente que no vive en nuestra sociedad.

Empezamos a morir desde el día que nacemos. Algunos considerarán esto deprimente. De hecho no hablarán jamás de la muerte. Grave error. Nada en este mundo puede unirte más a la vida, puede motivarte más a disfrutar cada momento, que el hecho de ser consciente de que, en realidad, éste puede ser el último día que tengas.

Yo propongo este ejercicio: Cada vez que las circunstancias de la vida le aplasten, cuando cumplir las expectativas le haga preguntarse ¿Esto es lo que realmente quiero hacer en mi vida?. Piense en algo que en nuestra sociedad aún es un tabú. Piense que no despertará mañana. Piense en cómo le hace sentir eso. Piense si lo tiene todo en orden. Si ha dicho lo que quería a cada persona que es importante. Si ha dicho “no” las veces suficientes. Si ha dejado de decir “sí” a algo que quería hacer pero que ya no podrá hacer, para cumplir unos planes en un futuro que ya no tendrá. Visualízelo, y hágase esta pregunta ¿Estoy disfrutando de mi vida ahora, en el presente? Si la respuesta es no, piense en la cara de tonto que se le quedará si se muere antes de llegar a esa meta tan importante que tiene, cuando el viaje está siendo tan desagradable. Tanto sacrificio, para ésto. Si la respuesta es sí, quizás ya no tenga tanta importancia llegar o no algún día a esa meta, sino disfrutar del camino mientras tanto. No significa que lo deje todo o que no tenga metas, al revés, también podría llegar a los noventa. Si llega bien, y si no… que le quiten lo bailao.

Yo me lo pregunto porque he estado cuatro años cuidando ancianos, nonagenarios algunos, al final de sus largas vidas.

Y me lo pregunto por que vi morir a mis padres de cáncer, treinta años antes de la dichosa esperanza de vida. Y antes de que esta enfermedad irrumpiera en nuestras vidas, les vi dejar cosas que les apetecía hacer para un futuro que no llegó. Y siempre me preguntaré ¿Miraron atrás con tranquilidad?¿Disfrutaron del viaje antes de este final, antes del dolor?.

Pero me lo pregunto más por Isaac que murió sin saber siquiera que había engendrado un hijo, que lleva su nombre, antes de irse. O por Marta, que no llegó a terminar Medicina. Y por otros, que como ellos, no pudieron imaginar nunca que ese iba a ser su último día ¿Disfrutaron del camino? Ojalá sí.

No es necesario que este post le haga deprimirse, no me habría explicado nada bien. Hay muchas formas divertidas a la par que sesudas de hacerse esta pregunta: A lo Walter White en “Breaking Bad” aprovechando el tiempo al máximo, al estilo surrealista de “Tan muertos como yo” o como Cathy en “The Big C”… sí, hasta la muerte me hace pensar en series. Ya le dije que soy un adicto.

Yo no sé si mis decisiones están siendo las correctas o no, o si hay un destino que tiene que ser, o algo así. Pero me da igual. Lo que sí sé, es que voy a disfrutar del camino que he elegido y cada poco enfrentarme a un miedo.

¿Y usted? ¿Está disfrutando del camino?.

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