
Odio este maldito frío que se cala en los huesos
Odio este maldito frío que se cala en los huesos. Esta ciudad sólo tiene dos meses de invierno, que apenas pueden llamarse así. Pero tan
Odio este maldito frío que se cala en los huesos. Esta ciudad sólo tiene dos meses de invierno, que apenas pueden llamarse así. Pero tan
Era una mañana fría aquella. Había decidido volver a casa andando por el paseo marítimo. Ella había pasado toda la noche y parte de la
No puedo dormir. Tengo que sacarme esta imagen de la cabeza. Algunas mañanas en el autobús me encontraba con una madre y su hijo. Una
Por fin había llegado el tan esperado día. Hacía un par de semanas que Miguel había empezado a trabajar en aquella empresa. Le había costado
Siempre corriendo, ¡mundo loco en esta cuidad burbujeante!: “que no llego, que no llego…” No ha cambiado con los tiempos, todos con prisas para no